HAY UN PARAÍSO QUE ARDE
No es necesario cogerla en la mente, para sentirla.
No es necesario sentirla, para humillarse.
No es necesario humillarse, hay mujeres que ya nacieron siendo malditamente deseadas.
Yo cada noche me cojo a una Diosa, y lamo sus pies, y mi pene como tridente se la ensarto para decirle que la amo.
Hay un paraíso que arde, podré ver a las mujeres más bellas, pero tengo sus tetas amarradas a mi cuello como el perro cuando obedece a su amo.
kbza 2018
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